Hace más o menos un mes, encontrándome en internet sumergido
en mi insistente búsqueda diaria de cuestiones flamencas, me encontré con la
feliz noticia de que en San Fernando se va a construir un museo en honor al
gran José Monje Cruz, conocido por todos como Camarón de la Isla. Abrí el enlace y me crucé con este muy
interesante párrafo: “El nuevo espacio
contará con cuatro salas que permitirán hacer al visitante un recorrido por
toda la vida y la proyección del cantaor, completadas con una sala polivalente
para exposiciones temporales que complementen la temática y discurso expositivo
del centro, y otra sala ludo-educativa que traslade al visitante el flamenco y
sus instrumentos de forma interactiva y pedagógica”. Como consecuencia de
esta noticia, en otro lugar de la red, el flamencólogo mairenero Pedro Madroñal,
refiriéndose a su anhelo de disfrutar, en Mairena del Alcor, de un museo dedicado
al gran Antonio Cruz García, escribía: “Porque
los principios que sustentan su labor de promoción, investigación y revalorización
del Arte Flamenco resultan los mejores cimientos para un proyecto museístico
dinámico con carácter didáctico e investigador, un Museo moderno de Arte
Flamenco”. Bien, estimados amigos, toda esta perorata viene a cuento por el
estado de inactividad, desde el punto de vista flamenco, en la que se encuentra
nuestra flamante Sala Fosforito
situada en el Antiguo Convento de Los Frailes. Cuando hace algo más de un
año se inauguró, fuimos muchos los aficionados que vimos cumplido un viejo
sueño: el de homenajear al maestro como se merece, es decir, con un espacio que
recogiese gran parte de su legado artístico, y además sirviese para divulgar el
Arte Flamenco a través tanto de su obra musical, como de la totalidad de la tradición
sonora jonda de la que desfrutamos en La
Puente. Si la primera parte del sueño se ha cumplido, no podemos decir lo
mismo de la segunda. Sorprende que, en estos catorce meses desde su
inauguración, y en contra de la utilidad que desde el propio Ayuntamiento se le
quiere dar (mirad lo que se dice en este enlace: http://www.puentegenil.es/noticia/la-consejera-de-cultura-inaugura-la-sala-fosforito),
en dicha sala no se haya desarrollado alguna proyección, conferencia o
presentación de actividad flamenca, mas allá de la visita rutinaria de los
turistas que recibimos. Un museo, en este caso una sala museo, carente de actividad divulgativa e investigadora es un
ente muerto que no aporta absolutamente nada. El Flamenco de Puente Genil,
creemos, tiene la categoría suficiente, el contenido idóneo y la trayectoria
adecuada para convertir dicha sala en un centro idóneo de investigación y
divulgación del Arte Flamenco, que sea un referente en toda la comarca. Lo
tenemos todo para que sea una realidad más pronto que tarde: personas
eficientes para dirigir el proyecto y el material jondo idóneo, mas nos falta,
cuanto menos de momento, la voluntad política oportuna. Alguno me diréis que
esto cuesta dinero, cómo no, por lo que, a lo mejor, deberíamos de pensar en modificar
la utilización de la partida económica que anualmente se le asigna a la
Concejalía de Promoción y Desarrollo del Flamenco. Una sugerencia: quizás
quitando un poco, cada año, de nuestro festival -la presente edición nos ha
costado, si no recuerdo mal, cerca de 52000 euros; por cantidades sensiblemente
menores se están diseñando, en otros festivales, carteles de semejante
categoría y éxito-… Ahí lo dejo.
en mi insistente búsqueda diaria de cuestiones flamencas, me encontré con la
feliz noticia de que en San Fernando se va a construir un museo en honor al
gran José Monje Cruz, conocido por todos como Camarón de la Isla. Abrí el enlace y me crucé con este muy
interesante párrafo: “El nuevo espacio
contará con cuatro salas que permitirán hacer al visitante un recorrido por
toda la vida y la proyección del cantaor, completadas con una sala polivalente
para exposiciones temporales que complementen la temática y discurso expositivo
del centro, y otra sala ludo-educativa que traslade al visitante el flamenco y
sus instrumentos de forma interactiva y pedagógica”. Como consecuencia de
esta noticia, en otro lugar de la red, el flamencólogo mairenero Pedro Madroñal,
refiriéndose a su anhelo de disfrutar, en Mairena del Alcor, de un museo dedicado
al gran Antonio Cruz García, escribía: “Porque
los principios que sustentan su labor de promoción, investigación y revalorización
del Arte Flamenco resultan los mejores cimientos para un proyecto museístico
dinámico con carácter didáctico e investigador, un Museo moderno de Arte
Flamenco”. Bien, estimados amigos, toda esta perorata viene a cuento por el
estado de inactividad, desde el punto de vista flamenco, en la que se encuentra
nuestra flamante Sala Fosforito
situada en el Antiguo Convento de Los Frailes. Cuando hace algo más de un
año se inauguró, fuimos muchos los aficionados que vimos cumplido un viejo
sueño: el de homenajear al maestro como se merece, es decir, con un espacio que
recogiese gran parte de su legado artístico, y además sirviese para divulgar el
Arte Flamenco a través tanto de su obra musical, como de la totalidad de la tradición
sonora jonda de la que desfrutamos en La
Puente. Si la primera parte del sueño se ha cumplido, no podemos decir lo
mismo de la segunda. Sorprende que, en estos catorce meses desde su
inauguración, y en contra de la utilidad que desde el propio Ayuntamiento se le
quiere dar (mirad lo que se dice en este enlace: http://www.puentegenil.es/noticia/la-consejera-de-cultura-inaugura-la-sala-fosforito),
en dicha sala no se haya desarrollado alguna proyección, conferencia o
presentación de actividad flamenca, mas allá de la visita rutinaria de los
turistas que recibimos. Un museo, en este caso una sala museo, carente de actividad divulgativa e investigadora es un
ente muerto que no aporta absolutamente nada. El Flamenco de Puente Genil,
creemos, tiene la categoría suficiente, el contenido idóneo y la trayectoria
adecuada para convertir dicha sala en un centro idóneo de investigación y
divulgación del Arte Flamenco, que sea un referente en toda la comarca. Lo
tenemos todo para que sea una realidad más pronto que tarde: personas
eficientes para dirigir el proyecto y el material jondo idóneo, mas nos falta,
cuanto menos de momento, la voluntad política oportuna. Alguno me diréis que
esto cuesta dinero, cómo no, por lo que, a lo mejor, deberíamos de pensar en modificar
la utilización de la partida económica que anualmente se le asigna a la
Concejalía de Promoción y Desarrollo del Flamenco. Una sugerencia: quizás
quitando un poco, cada año, de nuestro festival -la presente edición nos ha
costado, si no recuerdo mal, cerca de 52000 euros; por cantidades sensiblemente
menores se están diseñando, en otros festivales, carteles de semejante
categoría y éxito-… Ahí lo dejo.