No lo afirma un servidor, sino el flamencólogo Luis Melgar: “Es en los años 18, 20 y 22 de nuestro siglo cuando dos hermanos, eminentemente flamencos: Manolillo Hierro y Juan Hierro, modifican, integrados en el Cuartel de los Ataos la saeta vieja cuartelera en el sentido de cantar cada uno un tercio, creando las saetas dialogada. La influencia flamenca que hoy se puede apreciar en las saetas cuarteleras se debe a Manolillo y Juan Hierro, anteriormente a la modificación que estos hermanos le hacen era un saeta lisa, sin perfiles flamencos”[1]. Es decir, ambos cantaores y mananteros[2], con claras facultades flamencas, convirtieron a nuestra saeta cuartelera en una forma musical más atractiva, alargando y agudizando sus tercios, introduciendo en los mismos atrayentes saltos melódicos, aflamencándola e interpretándola dialogadamente mas respetando su arquitectura musical básica.
Veámoslo con dos grabaciones. En primer lugar, escucharemos una manera de interpretar la saeta cuartelera que, creemos, sería la que se interpretaría en «La Puente» a primeros de siglo. Canta Antonio Illanes (grabación de 1954, perteneciente al trabajo «La Pasión de Nuestro Señor Jesús Cristo en Saetas»); como apreciaremos, se trata de una saeta extremadamente llana, con escasos melismas y saltos melódicos, y sin apenas matices flamencos (minuto 01:39):
“Cuando Anás le preguntó a Jesús
que cual era su doctrina
que qué apóstoles había escogido
yo he predicado en el templo
preguntad los que se han ido».
Y en segundo lugar, escuchemos a Manolo y Juan Hierro. Observaremos que la saeta mantiene la estructura básica de saeta antigua pero ya con matices claramente flamencos, con los tercios más largos y profusión de melismas y saltos melódicos (muy ilustrativos los tercios segundo y quinto). Es decir, la «revolucionan», desde el punto de vista musical, provocando que llegue a la actualidad con tanta vitalidad:
«En el patio de Caifás
cantó el gallo y dijo Pedro
yo no conozco a ese hombre
yo no conozco a ese hombre
ni ha sido mi maestro».
[1] La Saeta. Colección Cuadernos Flamencos. Ediciones Escudero, 1977, pág.82 y 83.
[2] Este término equivale a semanasanteros, y procede de Mananta, que es como se
conoce popularmente en Puente Genil a nuestra Semana Santa.
conoce popularmente en Puente Genil a nuestra Semana Santa.
Foto de Manolo Hierro cedida por Juan Miguel Granados
SALUDOS FLAMENCOS
Álvaro de la Fuente Espejo