El pasado once de octubre de 2019, vía telefónica, entrevistamos al maestro don Antonio Fernández Díaz Fosforito. Aunque el motivo principal fue, evidentemente, el zángano, la entrevista, que duro más de veinte minutos, discurrió abarcando diversas cuestiones relacionadas con el flamenco. Aquí dejamos aquellas preguntas con sus respectivas respuestas que de alguna manera sintetizan todo lo departido con el maestro con relación al zángano:
“1.- ¿El primer zángano que usted grabó fue en 1957 con la letra ‘Qué adelanto con quererte’?
Efectivamente, y fue el primero que se grabó de toda la historia.
2.-Usted grabó cuatro zánganos: el anteriormente mencionado, ‘Tierra donde yo he nacío’ y ‘Cómo tú estás junto a mí’ en 1969 y ‘Nazareno y Olivares’ en 1971. ¿Es así?
Así es, y creo que ‘Nazareno y Olivares’ es el que mejor representa el modelo de zángano flamenco. Hay otros cantaores, como Perico Lavado (con aquello de ‘Me gustá mi Mariquilla’), que comienzan de forma distinta, concretamente con la rondeña que hacía Jacinto Almadén. Pero yo lo hago de otra manera.
3.-Estoy de acuerdo, ya que entiendo que usted comienza su zángano con el primer tercio del fandango de Cayetano ‘Se lo cuentan a su mare’.
Eso es, y, seguramente, inconscientemente, me inspirase en dicho fandango para crear el zángano. Ten en cuenta que Cayetano era una figura universal en aquella época y yo me he criado en la calle, y fue en la calle donde aprendí a cantar escuchando de tó el mundo, y Cayetano era un referente para todos. De Cayetano, por ejemplo, cogí un tercio de un fandango de Lucena – él fue el que dio grandeza a este cante poniéndolo en circulación – para crear un taranto.
4.- Entonces, el zángano flamenco ¿es una creación suya? Dicen que lo aprendió del pueblo, concretamente de los hortelanos de aquí de Puente Genil.
Mira Álvaro, eso es una historia falsa. Si el zángano hubiese sido una cosa del pueblo, ¿cómo es que no lo cantaron ‘Juan Hierro’, ‘El Seco’ o los cantaores históricos de Puente Genil antes que yo? El zángano nació conmigo, antes no existía.
5.-También hay otro zángano que supuestamente recuperó Coros y Danzas de la Sección Femenina en los años cuarenta…
Sí, pero a lo que ellos hacían no le ponían cante, era solo baile. Recuerdo que cuando yo era un chiquillo, subiendo la cuesta Romero me metía en una casa que le llamaban de Los Flechas que tenía un salón donde ensayaba Coros y Danzas – esto lo llevaba Emilio, un hijo de ‘Juan Hierro’-, y allí bailaban un zángano, como en Málaga, pero no tiene nada que ver con el cante que yo hago”.
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Conviene aclarar que esta entrevista se produjo una vez concluido, por un servidor, el presente estudio del zángano, por lo que las afirmaciones aquí vertidas por el maestro para nada han condicionado todo lo expuesto en cada uno de los apartados. Una entrevista especialmente relevante al permitirnos conocer de primera mano la opinión del, quizás, principal protagonista en el proceso de creación del zángano flamenco. Acostumbrados como estamos a leer decenas de investigaciones en las que sus responsables se encuentran con el hándicap de tratar de averiguar el origen de cantes cuyos creadores ya están desaparecidos, es todo un lujo, para todos, este regalo con el que nos ha obsequiado el maestro. Y más si, como en este caso, se trata de una leyenda viva del cante, es decir, de uno de los mayores genios creativos que ha dado el flamenco. La entrevista, más amplia en contenidos de lo aquí expuesto, la guardaremos celosamente en nuestro archivo estando a disposición de todo aquél que esté interesado en escucharla.
El análisis de las respuestas refuerza una parte fundamental de nuestra hipótesis con relación a los orígenes del zángano flamenco: el fandango de Cayetano – que nosotros hemos ampliado al atribuido a La Parrala – como fuente principal de inspiración, cuestionando la influencia del supuesto zángano tradicional y rechazando la del zángano de Coros y Danzas. Fosforito es muy claro: él creó el zángano flamenco a partir de su experiencia vital y entorno sonoro. Una experiencia y entorno fundamentados en la música de artistas como Cayetano y no en formas folclóricas interpretadas por el pueblo.
(Aproximación al Zángano Flamenco del libro Flamencum Revolutum. 2020. Autor: Álvaro de la Fuente Espejo)